Varios motivos han sido claves en la inédita cifra de 50 medallas alcanzadas por el equipo nacional en el torneo multideportivo que culminó ayer.
12 de Agosto de 2019
LIMA.- Una campaña para atesorar y recordar por siempre. Así se puede considerar lo realizado por Chile en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 al alcanzar su mejor campaña histórica de medallas. 50 preseas (13 de ellas de oro) ubicaron en el octavo lugar del medallero a nuestro país. Una cosecha que jamás se había alcanzado en este tipo de eventos y que no se forjó por casualidad. Hay muchas razones que explican esta inédita producción. El plan olímpico, un colchón Desde el 2018 se puso en vigencia el denominado plan olímpico, un proyecto impulsado por el COCh y el Ministerio del Deporte. La propuesta consideró una amplia y millonaria inversión para mejorar el desarrollo deportivo de los atletas pertenecientes al Team Chile.
10.800 millones de pesos se invirtieron en concentraciones, viajes y equipos de tratamiento de primera línea. Una cifra imponente que también se suma a los 550 millones de pesos de la «misión» del Team Chile. Recursos que sirvieron para que los atletas ganaran roce internacional y llegaran a la capital peruana con un recorrido que les permitió luchar por medallas en varias disciplinas. La llegada de entrenadores extranjeros Otro factor que sustenta este gran éxito de la delegación criolla tiene que ver con la presencia fundamental de headcoachs extranjeros que venían precedidos de pergamimos en sus respectivos países. Así es el caso de Bienvenido Front en el remo, Mateo Garralda en el balonmano, Daniel Nejamkin en el voleibol y Sergio Cachito Vigil en el hockey césped. Los cuatro han traspasado toda su experiencia a estas disciplinas y en estos Juegos todos mostraron avances con sus dirigidos. Front lideró una selección de remo que se convirtió en campeona panamericana de la categoría, con ocho preseas a su haber, mientras que Garralda llevó a la Roja del balonmano a conquistar una inedita medalla de plata, dejando en el camino a un Brasil que desde Indianápolis 1987 venia jugando todas las finales panamericanas. Y si bien Nejamkin y Vigil no sumaron preseas en Lima, sus selecciones siguen dando pasos significativos en la lucha de ponerse a la par de potencias sudamericanas como Argentina.
Todos estos procesos han sido llevados con calma y sin saltarse etapas. Desde el COCh aseguran que «fueron períodos pensados a largo plazo que ahora dan sus frutos y que en Santiago 2023 seguramente se multiplicarán». Maduración y consolidación de deportistas Finalmente, también se puede considerar como motivo importante en esta brillante cosecha la maduración por la que atraviesan un importante grupo de atletas. María Fernanda Valdés, Tomás González, los primos Marco y Esteban Grimalt, Francisca Crovetto, Yasmani Acosta, las mellizas Melita y Antonia Abraham y Gabriel Kehr llegaron a Perú con un cartel de favoritos y todos estuvieron a la altura. Salvo Tomás González, son nombres proyectables de cara al nuevo ciclo olímpico que considera los Panamericanos de Santiago 2023 y los Juegos Olímpicos de Paris 2024. La cuenta regresiva ya comenzó, aunque antes viene la última estación del ciclo, pero no por eso menos importante: Tokio 2020, donde algunos ya tienen puesta su mirada…
Por Martín Gutiérrez, enviado especial a Lima
Fuente: Emol.com